El Ministerio de Hacienda radicó un proyecto de reforma tributaria con el que el Gobierno del presidente Gustavo Petro pretende recaudar más de 26 billones de pesos para el presupuesto nacional de 2026. La propuesta incluye modificaciones al Estatuto Tributario que impactarían directamente a consumidores de motocicletas, combustibles, bebidas alcohólicas y hasta espectáculos públicos.
Uno de los puntos que más polémica ha generado es el incremento en el IVA de las motocicletas con cilindraje superior a 200 c. c. Actualmente, la tarifa es del 8 %, pero con la nueva reforma pasaría al 19 %. Esto representaría un aumento considerable en el precio final de los modelos más populares del mercado.
Por ejemplo, la Bajaj Pulsar NS200 FI ABS, cuyo precio actual es de 15,7 millones de pesos, subiría más de tres millones y alcanzaría los 18,8 millones de pesos. La KTM Duke 200 NG, que hoy cuesta 19,9 millones, pasaría a casi 23,8 millones. Los expertos advierten que el impacto se sentiría especialmente en los usuarios que ven en este tipo de motos una alternativa de transporte económico y de uso cotidiano.
La propuesta también contempla cambios para otros segmentos del mercado automotor. Carros tipo familiar, pick-up y camperos con valor FOB igual o mayor a 30.000 dólares tendrían el mismo ajuste tributario, al igual que aeronaves, helicópteros y hasta satélites de uso privado.
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En cuanto a los combustibles, la gasolina corriente, que en Bogotá se vende actualmente en 16.293 pesos por galón, subiría inicialmente a 17.330 y luego a 18.000 pesos. El diésel, por su parte, pasaría de 10.936 a 11.788 pesos. El IVA aplicable también se incrementaría progresivamente: 10 % en 2026 y 19 % en 2027. Según especialistas, este ajuste podría tener un efecto inflacionario y aumentar los costos del transporte público y privado.
El impacto alcanzaría también a los espectáculos masivos. Las boletas con un valor superior a 497.990 pesos tendrían un impuesto adicional del 19 %, que se sumaría al 10 % municipal ya existente. Esto encarecería el acceso a conciertos, eventos deportivos y otros espectáculos culturales, afectando tanto al público como a las productoras.
El sector de los licores sería otro de los más afectados. La tarifa de IVA subiría al 19 % y el impuesto al consumo incrementaría el precio de referencia del aguardiente Antioqueño de 37.000 a 52.000 pesos por botella. Se trata de un incremento cercano al 45 %, que podría incentivar el contrabando y el licor adulterado, según han advertido analistas del mercado.
Con estas medidas, el Gobierno busca fortalecer la financiación del presupuesto nacional, pero al mismo tiempo pone sobre la mesa un debate sobre el impacto real en el consumo masivo, los hábitos de movilidad y la economía de los hogares.
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