Aunque el presidente electo, Gustavo Petro, todavía está dando puntadas para la conformación de su equipo económico, ya está trabajando en una propuesta para una reforma tributaria.
La reforma es una de las mayores retos que enfrentará la nueva administración, teniendo en cuenta sus promesas de campaña y los desafíos del país en ese frente.
En un país en el que el recaudo como proporción del PIB está por debajo del promedio de Latinoamérica y lejos de los niveles de la Ocde (80% del recaudo proviene de las empresas y 20% de las personas naturales), Petro dijo durante la campaña que el déficit se soluciona con una reforma tributaria progresiva que consistiría inicialmente en derogar la de 2019, con lo cual "ingresarían a las arcas del Estado $20 billones", aunque durante la campaña habló también de una reforma de $50 billones.

En el mismo frente, el Presidente electo agregó que la renta de las personas debe ser progresiva, entre más gana una persona más paga. "Faltaría un capítulo que es el de los dividendos, el ingreso que el propietario de una empresa saca para su bolsillo. Estos dividendos deben seguir una curva de progresividad. Con eso, se pueden recaudar entre $15 y $20 billones".
Reforma con énfasis en la renta
Y aunque según el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, la reactivación económica y los esfuerzos del actual Gobierno han “cerrado la necesidad coyuntural de realizar una reforma tributaria”, los asesores más cercanos a Petro ya han dejado en claro que sí tienen en mente una con énfasis en el impuesto de renta.
De hecho, durante su campaña Petro mencionó $50 billones como el gran objetivo de una reforma, una cifra jamás ha conseguido ninguna administración y que más que duplica la meta que tenía el proyecto de Alberto Carrasquilla, que le costó la salida del cargo y desató violentas protestas.
A pesar de sus metas ambiciosas, a los asesores de Petro no los desvela el fracaso de Carrasquilla y sostienen que el problema con dicha reforma fue que la gente entendió que les cobrarían más impuestos "a los de abajo".
"La propuesta del exministro Carrasquilla era gravar los productos de la canasta básica, y en el impuesto de renta bajar el umbral para gravar a las personas de más abajo", dijo uno de los asesores más cercanos al presidente electo, Ricardo Bonilla, quién enfatizó entonces en que no se bajará ese umbral para la declaración de renta y tampoco se tocará la canasta familiar. “El proyecto está concentrado en el impuesto de renta, no está concentrado en el IVA, no se va a tocar la canasta básica familiar”, afirmó en La W.
También sentenció que la idea es gravar los activos improductivos y los ingresos altos de las personas naturales que no están pagando lo que deberían. Al referirse a ingresos altos explicó que son ingresos por más de $16 millones mensuales, a los que se les quitarán exenciones.