El comienzo de estos hechos se remonta a 2017, cuando Yessica Katerín Aguirre Canchala tenía 20 años y debido a problemas personales y familiares tomó la decisión de poner fin a su vida. Tras buscar en internet suicidio sin dolor, formas fáciles de cometer suicidio, entre otros, le pidió a Hernán Ramírez Carvajal, consumidor de basuco en la calle y quien no conocía, a que le ayudará al suicidio a cambio de una suma de dinero.
Luego de trasladarse a unas residencias en Manizales, ingresaron Yessica y Hernán, pero minutos después solo él salió.
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Posteriormente, los empleados del lugar notan algo extraño y al forzar la entrada, encuentran el cuerpo de Yessica Aguirre con una cortada profunda en el cuello y una nota aclarando que fue por decisión propia.
En mayo de 2017, en audiencia celebrada en Manizales, se legalizó la captura de Hernán Ramírez Carvajal por el delito de homicidio agravado y una pena de 33 años de prisión tras la muerte de Yessica. Tras esto, la defensa imputo la decisión, aludiendo que la Fiscalía no demostró la intención homicida del acusado, pero sí la materialización del delito de ayuda al suicidio.
El alto tribunal encontró errores en la decisión del delito de homicidio, debido a que existían varias pruebas que ignoraron y, por tanto, demostrarían todo lo contrario.
Inicialmente, se comprobó que Yessica Katerín Aguirre estaba pasando por una situación turbulenta debido a situaciones familiares y por una relación personal con un hombre mayor que la hacía sentir triste y avergonzada. Esto se dio cuenta la psicóloga de la universidad donde una sola vez consulto.
Además, investigadores del CTI revisaron en el dispositivo personal de la mujer que estuvo buscando formas fáciles de suicidio, inyectar aire en las venas, sicarios en Manizales y similares.
También se reveló gracias a un testimonio de una vendedora callejera conocida con el alias de ‘la leche’, que Yessica contacto a Hernán con la oferta que le ayudara “a bien morir”.
Sobre el traslado de las dos personas y la llegada al lugar, fue corroborado por un taxista que los llevo y trabajadores del lugar sin encontrar nada extraño.
Los exámenes forenses que se practicaron al cuerpo de la mujer se determinaron como consistentes de tipo suicida. Esto también se suma a la carta dejada por la mujer aludiendo que fue por decisión propia, pues se demostró que la letra si coincidía con la víctima.
“Aquella había tomado la decisión de acabar con su vida, para lo cual acudió a la colaboración remunerada del acusado. En consecuencia, el delito realmente ejecutado habría sido el de ayuda al suicidio”, expresó Myriam Ávila Roldán, magistrada de la sala de casación penal.
Tras la decisión de modificar la calificación del delito de homicidio agravado a inducción o ayuda al suicidio, este tiene una pena mucho menor de 2 a 9 años, por tanto, se ordenaba la libertad de Hernán Ramírez Carvajal.
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