Alelí se convierte en la primera persona en el país en recibir el reconocimiento como persona no binaria en un título profesional universitario.
La Universidad del Rosario, donde Alelí estudió, ha estado trabajando durante los últimos dos años en formalizar títulos no binarios, como parte de su iniciativa de promover la diversidad, equidad e inclusión en la institución.
Flora Rodríguez, coordinadora del Centro Rosarista de Diversidad, Equidad e Inclusión, dijo que "hablar del reconocimiento de la identidad de género implica garantizar en todos los espacios de la vida cotidiana lo que muchas personas dan por sentado. Por ello, la Universidad del Rosario da la posibilidad de definir a sus estudiantes, más allá de las imposiciones sociales y los términos de su propia existencia".
Por su parte, Alelí Chaparro señaló que este logro es "más que un logro personal, es un avance para todas las personas no binarias que están en la universidad y demás instituciones de educación superior. El diploma o título profesional representa esfuerzo, orgullo y lo más importante, identidad, por lo tanto, valorar esto es primordial".
La entrega del título de "abogade" a Alelí Chaparro marca un avance en la lucha por la libertad de género en Colombia, donde la Corte Constitucional reconoció formalmente cuatro sexos legales: masculino, femenino, trans y no binario. Gracias a este cambio legal, personas trans y no binarias pueden modificar su nombre y corregir el componente sexo en la cédula y el registro civil como parte integral de sus procesos de afirmación de género.
El reconocimiento de la diversidad de género es fundamental para garantizar los derechos humanos y la igualdad de oportunidades para todas las personas. La iniciativa de la Universidad del Rosario es un ejemplo de cómo las instituciones educativas pueden ser agentes de cambio y promover la inclusión y la equidad en la sociedad.
La historia de Luan le ha dado la vuelta al mundo, porque se convirtió en el niño trans más joven y puso a muchos adultos a debatir sobre la infancia transgénero.
Este pequeño nació en una familia convencional de Argentina, sus padres ya habían tenido una niña y él nació también con ese género, pero con el paso del tiempo se dieron cuenta que Luan no se identificaba como mujer.
Los padres detallaron la historia con el portal Infobae y contaron que todo inició pasados los dos años del niño, cuando aún no hablaba muy bien, pero tenía comportamientos disruptivos.
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Por ejemplo, la familia de Luan empezó a verle las señales de niño trans en los roles de juego: “Él siempre era el varón: el chico, el papá, el príncipe”, detalló Natalia Melica, su mamá.
A eso se sumaban comportamientos como quitarse las colitas de peinado que le hacían y los vestidos que le ponían, por lo que una psicopedagoga le sugirió a los padres corregir el comportamiento.
Pero el momento en el que en realidad se dieron cuenta que tenían un niño trans ocurrió cuando Luan tenía 3 años y jugaba con su hermana. Salió llorando, ¿por qué?
“‘Charo (su hermana) dice que yo soy una nena, y yo no soy una nena, soy un chico’”, le dijo a su madre y ella le respondió: “Tu hermana tiene razón, vos sos una chica como ella, como mamá’”
El ataque de llanto fue peor y mirando a su mamá a los ojos le decía: “‘Yo soy un chico, ¿no ves que hablo como un chico?’”, contó la mamá de Luan en Infobae.
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