Damnificados por caída de tanque de agua en Candelaria siguen en incertidumbre 7 meses después


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Vecinos "de la parte de atrás de la galería", como dice la dirección bugueña en Candelaria, fueron sorprendidos el pasado  22 de febrero de 2019,  por una gigantesca ola de agua dulce que tumbó fachadas, arrancó puertas y ventanas, acabó con las neveras, televisores, muebles, carros y hasta camas. 
La gigantesca ola estuvo antecedida de un tremendo estruendo, como un gigantesco trueno o "como una poderosa bomba": el más antiguo de los 2 tanques de almacenamiento de Acuavalle se cayó como un gigantesco cíclope al clavarle una espada encantada en su único ojo.
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Minutos antes se había producido un sismo en el Ecuador, el mismo que se sintió en algunas zonas del sur-occidente de Colombia, incluyendo Candelaria.
 

Siete meses después de los hechos se encuentran bajo otra ola, esta vez de incertidumbre porque no les responden por los daños, ni tienen un apoyo firme.
Los vecinos afectados y otros que estuvieron muy de buenas, pues apenas tuvieron daños menores, en varias oportunidades habían advertido a Acuavalle sobre "ruidos extraños" que producían estos tanques. Nunca les hicieron caso, aunque las estructuras metálicas que los sostenían ya eran muy antiguas. El tanque que se cayó tenía más de 40 años en pie.

Aquella mañana la noticia corrió tanto como el agua que  inundó más de una cuadra. Fue un río que arrasó con todo lo que había a su paso, incluyendo ilusiones y grandes logros, representados en casas de algunas familias que en aquella oportunidad fueron muy visitadas, incluyendo por las autoridades locales, entre ellos el alcalde Yonk Jairo Torres, quien vive "en la esquina", a unos 100 metros de donde ocurrieron los hechos. También los visitaron concejales, el personero Diego Fernando Barrera, y directivos locales y departamentales de Acuavalle.
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Las promesas vinieron y todo hacía pensar que las soluciones llegarían rápido, al punto que les facilitaron arriendo como damnificados, opción que todos no acogieron, pues prefirieron continuar al pie de sus sueños, y con la ayuda de los vecinos sacaron los escombros y secaron lo que quedó en pie de sus viviendas.
La otra cara
Con el paso del tiempo el tema se fue enfriando y con ello la soledad del drama arropó a cada una de las familias damnificadas. Las ayudas prometidas quedaron en eso, en promesas, mientras que el panorama  se complicó más.
Por fortuna para los que se quedaron en sus casas vino el verano, y entonces se descansó de las goteras y el miedo a las inundaciones.
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La tortura mental no ha desaparecido ni un solo día, pues apenas abren la puerta de la calle al frente tienen las ruinas, las chatarra de lo que fuera el gigantesco tanque a más de 30 metros de altura, completamente metálico y que oían "traquear" cuando había silencio en la zona, tal como repiten que se lo hicieron saber a Acuavalle sin haber obtenido respuesta positiva.

Y entonces acudieron a las vías jurídicas en busca del apoyo requerido, pues sin duda que son los grandes perjudicados, aunque en esta oportunidad  pareciera que fueran los culpables ante la falta de soluciones concretas y prontas. En este momento la ola de incertidumbre está flotando.
Acuavalle, como era de esperarse, acudió a la empresa aseguradora para que cubriera los costos de las reparaciones y demás daños. Transcurrido un tiempo, la firma responde que no podrá asumir esos costos, porque la empresa, Acuavalle, precisamente, estaba advertida de lo que podía pasar y que hay documentos donde se prueba que, a través de la Junta de Acción Comunal, se había puesto en alerta a la empresa sobre los riesgos por los dos tanques elevados en cercanías de viviendas.
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Los dos tanques servían para almacenar agua de pozos profundos y para contribuir a fortalecer el sistema de distribución, aunque, con los avances técnicos alcanzados en los últimos años ya no eran estrictamente indispensables para surtir el perímetro urbano de Candelaria, al punto que el servicio se restableció en menos de 18 horas aquel día en que el tanque se desplomó.
En busca de ayuda
Aunque el municipio de Candelaria hace parte de la Sociedad de Acueductos y Alcantarillados del Valle – Acuavalle SAESP- se solicitó al alcalde Yonk Jairo Torres que interceda ante esta empresa para que las soluciones se aceleren.
Cabe recordar que el mandatario, por vivir en la zona, todos los días observa la situación en que se encuentran los damnificados de la caída del tanque.
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