A tan solo hora y media de Medellín, este destino de clima frío ofrece páramos, cascadas y senderos ecológicos ideales para desconectarse y reconectar con la naturaleza.
Redacción El Qhubo/ Periodista Jesús Chacín
A solo 90 minutos de Medellín se esconde una joya natural poco conocida de Antioquia: Belmira, un municipio de clima frío, paisajes oníricos y un nombre con raíces portuguesas que significa “bello mirar” o “bello paisaje”.
Con menos de 7.000 habitantes y una temperatura promedio de 14°C, este pequeño rincón del norte antioqueño ha comenzado a destacarse como un destino ideal para quienes buscan tranquilidad, conexión con la naturaleza y planes alejados del turismo convencional.

Entre sus principales atractivos se encuentran las cascadas, los senderos ecológicos, el avistamiento de aves, la pesca de trucha y las cabalgatas. Su ubicación privilegiada permite a visitantes y locales disfrutar de paisajes verdes intensos, cielos grises que invitan al recogimiento y fuentes hídricas cristalinas que brotan del Páramo de Santa Inés.
Precisamente, este páramo es uno de los puntos más importantes de Belmira, no solo por su valor ecológico y su biodiversidad, sino porque desde allí nace más del 70 % del agua que abastece al Valle de Aburrá. Además, el Mirador del Norte, ubicado en lo alto del páramo, permite tener una vista panorámica imponente del territorio.
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Entre los tesoros naturales del municipio también se destacan la cascada de Las Golondrinas, ubicada a cinco kilómetros de la cabecera municipal, perfecta para quienes desean darse un baño en medio del bosque andino; y La Montañita, otra cascada de gran belleza a la que se llega por un sendero ecológico lleno de flora y fauna nativa.
El portal Turismo Antioquia Travel destaca a Belmira como un lugar ideal para descansar, respirar aire puro y sentir una conexión profunda con la naturaleza, gracias a su entorno sereno, sus paisajes de ensueño y su riqueza hídrica y ambiental.

En tiempos en los que el turismo sostenible cobra más fuerza, Belmira se perfila como uno de esos destinos imperdibles que aún se mantienen genuinos, auténticos y alejados del ruido. Un lugar perfecto para quienes prefieren los secretos naturales bien guardados.
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