Video especial: Diana, una modelo con piel y agallas de ‘acero’


Video especial: Diana, una modelo con piel y agallas de ‘acero’

Esta es la historia Diana, una mujer que gracias al vitiligo lleva un mensaje de inclusión y amor propio.

A sus 29 años, Diana Marcela Díaz Quintero, una caleña guerrera y trabajadora, hace un análisis de su vida y llega a la conclusión de que cada experiencia dolorosa la hecho más fuerte, más empática y -sobre todo- resiliente. El vitiligo no pudo quitarle su vida ni sus ganas de vivirla.

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‘Diana Vitiligo’, como se hace llamar en redes sociales, es auxiliar de enfermería desde hace 10 años en la Clínica Valle del Lili.

Conozca en el siguiente video especial la historia de Diana, una modelo con piel y agallas de ‘acero’.

Ella se especializó en atención a pacientes oncológicos y ejerce en el área de Trasplante de Médula.

Pero el trabajo en la salud no siempre fue una de sus grandes pasiones, Diana disfrutó modelando -graduada de una reconocida academia- de manera profesional. Esta carrera empezó a sus 13 años y a los 17 recibió un fuerte golpe que fue el inicio de una nueva vida.

“Luego de una crisis económica que sufrió mi papá, empecé a alternar el modelaje con mis estudios y a trabajar vendiendo jugos en el Centro con mi mamá”, relató Diana.

Diagnóstico

“El vitiligo llegó a mi vida cuando yo era modelo para la marca Ron Viejo de Caldas, empezó con una manchita -que yo creía era un lunar- y cuando se fue esparciendo, me hice una biopsia y me dijeron que era esa enfermedad lo que invadía mi cuerpo”, añadió.

En ese momento la depresión se llevaba cada uno de los días de esta bella mujer, pues a sus cargas económicas se sumaba esta afección en la piel, que cada vez se notaba más. Se sentía rechazada, hasta quiso acabar con su vida.

“Yo en ese tiempo solo pensaba en la belleza exterior, no veía sino eso.

Hubo un momento en que mis sueños de ser modelo se derrumbaron y sentía que la vida se me apagaba, en mi caso la enfermedad avanzó muy rápido”, contó Díaz.

Un año en proceso de aceptación

Al ver que cada vez su piel se despigmentaba más, Diana se untó y tomó de todo para tratar de recuperar su piel canela, pero nada surtió efecto. Su proceso de aceptación duró un año.

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En medio de ese tiempo, ella conoció a un paciente que le hizo cambiar la mentalidad, pues le hizo ver que aunque su piel estaba ‘manchada’, su vida no tenía que estarlo y que la experiencia de quienes vivían con el cáncer le tenía que enseñar a amarse sobre todas las cosas. El vitiligo no la iba a matar.

“Llegó un día en el que me tocó aceptar lo que veía en el espejo y cerrar ese capitulo del modelaje”, enfatizó, manifestó esta bella caleña.

Tiempo después, su hermano, a quien hoy agradece tanta insistencia, empezó a motivarla para que regresara al ruedo de las cámaras y pasarelas. Lo reflexionó y entendió cuál era el objetivo de su vida, llevar su experiencia para reflejar el amor propio y la inclusión entre quienes padecen cualquier tipo de enfermedad o discriminación.

Así nació ‘Diana Vitiligo’

Durante la pandemia empezó a llevar ese mensaje a la sociedad, creó sus redes sociales y empezó a reactivar su carrera de modelaje.

Su primer logro fue representar a Colombia en un calendario de mujeres -de muchos países del mundo- con esta condición de piel. Ella se postuló, ganó y ´su imagen quedó grabada en ese calendario, como muestra de que el talento no tiene color de piel.

A través de sus redes empezó a ser contactada por marcas y emprendimientos pequeños, a quienes empezó a ayudar e impulsar. Su imagen empezó a ser reconocida, su enfermedad se convirtió en una oportunidad para ayudar a familias que están pasando por lo mismo.

La psicología se convirtió en otro objetivo, que también logró. Ahora, con su título y sus experiencias, ayuda a las personas que empiezan en el camino del vitiligo o cualquier otra condición.

“Volver a las cámaras fue duro, pero en mi interior sentía que debía luchar por mis sueños. Me acepté y salí adelante con mi cuerpo”, recordó Díaz.

Hoy, Diana es imagen de tiendas, marcas y sobre todo, de las personas que padecen y luchan contra la discriminación y la estigmatización.

También tiene entre sus proyectos la creación de una fundación para seguir llevando su mensaje de amor propio, respeto y aceptación por el otro, además de la resiliencia.

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