El aislamiento y la falta de afecto de su familia llevó a que Giovanni Battista Calvi, un italiano de 106 años, muriera de “tristeza” este fin de semana al no poder reencontrarse con su familia.
El señor falleció en el hogar para mayores en el que vivía en Incisa Scapaccino, en el norte de Italia, donde no permitían el ingreso de personas para salvaguardar la vida de los ancianos.
Según el diario La Stampa, Battista estaba convencido que su familia había sido víctima del Covid-19. Tampoco le hicieron caer en cuenta que las medidas del asilo, que no admitían visitas, era para librarse del peligro por el virus.
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“Ustedes son como yo, cuando me enviaron a la guerra con un rifle oxidado. Me daba vuelta y veía muchos muertos, como ahora en la televisión. Díganme la verdad, los míos han muertos todos. No me alimento porque quiero irme con ellos”, le decía Giovanni a su médico y al personal del ancianato.
El longevo italiano era considerado uno de los héroes de la Segunda Guerra Mundial, fue soldado durante 10 años.
Según lo informado por La Stampa, Giovanni estuvo lúcido hasta su partida, pasaba sus ratos viendo televisión y leyendo periódicos.
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La gerente del hogar fue testigo de su último encuentro con su hijo, en este mes. Se vieron a través de un vidrio y le hizo entender a su padre que toda su familia se encontraba bien.
