"El objetivo era matar policías": miembro de la ‘primera línea’ en Cali


Un integrante de la ‘primera línea’ en Siloé reveló cómo les dieron un arsenal de armas y las ordenes que recibían.

Desde el 28 de abril de 2021, la anarquía se tomó a la capital el Valle del Cauca y muchos jóvenes vandalizaron bienes públicos, privados y pusieron varios bloqueos en zonas de Cali.

Uno de ellos estaba ubicado en el barrio de la ladera, Siloé en donde la denominada primera línea impedía el paso y se enfrentaba casi todos los días con la fuerza pública.

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Revista Semana reveló un testimonio de alias Kevin, una de las cabezas visibles del grupo llamado Resistencia Siloé.

Nosotros primero éramos de primera línea, pero al ver los abusos de los tombos empezó a correr el rumor de que arriba, en el sector La Estrella, estaban dando armas para continuar con la lucha.

recordó alias Kevin.

Según alias Kevin, la idea inicial en el día era realizar labores sociales y de noche tomar armas para enfrentarse con la autoridad.

“Cuando llegamos allá, efectivamente hicimos contacto con una gente superrara que decía que nos venía a ayudar. Ellos antes habían estado en guerra para quitarle el dominio a una familia que tenía el control en La Estrella, entonces lo que hicieron fue armar a los pelados para custodiar el barrio”, dijo.

Y agregó: “Por ejemplo, en una casa tenían de todas las armas que usted pudiera imaginar: había desde fusiles M4 y R4 hasta granadas. Eso era un arsenal. Yo me sentía como en Call of Duty (videojuego de guerra). Y entonces nos decían que el objetivo era defendernos: matar policías y no dejar que subieran para el barrio".

Incluso esos patrullajes quedaron registrados en varios videos de cámaras de seguridad.

"Nosotros patrullamos todo eso. Los que nos dieron las armas decían que los jefes eran mexicanos, que la idea era mantener el control, pero la gente estaba envenenada por la muerte de los tres pelados el 3 de mayo, entonces la orden después de eso era: policía que veíamos, policía que iba pa’l piso”, relató alias Kevin.

¿Qué ocurrió el 3 de mayo?

Ese día, algunos policías asesinaron a tres jóvenes, mientras que la versión de las autoridades es que ellos se defendieron de un ataque armado.

Por esa situación, están imputados el coronel Édgar Vega Gómez, entonces comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cali; el teniente Néstor Mancilla, comandante de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (Goes), y el patrullero Wilson Orlando Esparragoza. Según la Fiscalía, tendrían responsabilidad en los delitos de homicidio agravado y afectación a la integridad de los ciudadanos.

“Después de eso, los jefes, los supuestos mexicanos, nos mandaron a decir que teníamos vía libre para hacer lo que consideráramos necesario para responderle a la Policía; por eso, el 21 de mayo tratamos de meternos a la estación de El Lido para matar a varios tombos y robarles las armas”, dice Kevin. Ese día, el ataque fue repelido por las autoridades, pero los enfrentamientos a bala se prolongaron hasta por más de cinco horas. Las calles de Siloé se convirtieron en escenarios de confrontaciones armadas propias de la ficción. “Nosotros alcanzamos a matar policías y a herir a varios del Esmad”, añade.

Después de que nos vinculamos con la Resistencia, muchos abandonamos la primera línea. La gente nos veía caminar con fusiles del largo de una pierna por la calle, como si nada, la Policía no subía. No tenían cómo.

relata Kevin.

En el sector de La Estrella en Siloé hay dos caminos, uno, el tradicional, por la entrada principal de Siloé y otro, alterno, vía al monumento de Cristo Rey.

“Mientras nosotros nos dábamos bala con la Policía, los dueños del negocio entraban y sacaban droga. Nos estaban utilizando, pero nosotros no nos dábamos cuenta de eso, porque solo queríamos ver tombos muertos. Ya el problema vino después de que se terminó el paro”, añade Kevin.

Después del paro, mucho de la denominada Resistencia Siloé siguieron vinculados a esos grupos criminales.

“Yo me quise salir, pero a ellos no se les podía tocar ese tema así de frente. Los poquitos que lo hicieron ya están muertos. Y los que quedaron se convirtieron en verdaderos cólicos (malvados) para la ciudadanía. Aquí aumentaron los asesinatos, los niveles de violencia eran una cosa de locos. Ahí reflexioné y me di cuenta de que le habíamos vendido el alma al diablo”.

A diferencia de muchos, alias Kevin si logró salir y ahora reside en otro sector de la ciudad, sale poco porque asegura que "los mexicanos están en todas partes".

Revista Semana le preguntó por los hechos de violencia que aún siguen viéndose en la capital vallecaucana: ¿Usted cree que esa cantidad de desaparecidos y embolsados que están apareciendo ahora son de gratis?.

A lo que alias Kevin respondió: "No, señor, mucho de lo que está pasando son deudas que aún se deben del paro nacional”, concluyó Kevin.

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