El lugar seguro de los niños y niñas en el Oriente de Cali


Cada día decenas de infantes llegan a la sede Fundautónoma en el Poblado II para jugar y aprender.

El Oriente de Cali es conocido por ser uno de las zonas más vulnerables de la ciudad, en este lugar, muchos niños y niñas están expuestos a distintos tipos de violencias debido a la carencia, en algunos casos, de atención en el hogar o de oportunidades de formación.

Para distintas organizaciones de integración social, los niños y niñas son el foco de estrategias para la inclusión social, pues si algo es seguro, es que las futuras generaciones son las que más tienen el poder de transformar realidades.

En las comunas 13, 14 y 15, se viven ciertas realidades de vulnerabilidad debido a la presencia de organizaciones criminales que reclutan jóvenes en condición de vulnerabilidad para su actuar delictivo. no obstante, también es cierto que esta zona de la ciudad es donde se concentra un gran número de familias desplazadas por la violencia y población migrante que llegaron a la capital del Valle en búsqueda de oportunidades, por lo cual, es un sector que es ejemplo de resiliencia y superación personal.

La Universidad Autónoma de Occidente, en su sentido de responsabilidad social y de impactar a la población vulnerable de la ciudad, instaló en la Comuna 13, Oriente de Cali, la sede de su fundación Fundautónoma, la cual, en su visión social, está abiertas para niños, niñas, jóvenes y adultos, donde pueden participar de actividades lúdicas y obtener un sentido de la responsabilidad social y ambiental.

“La fundación es un espacio de encuentro con la comunidad donde tenemos una serie de actividades lúdicas, recreativas y formativas para niños jóvenes y adultos, sus instalaciones son el lugar donde realizamos construcción de tejido social”, afirmó Mayerli Ángulo Solís, gestora comunitaria de Fundautónoma.

A este oasis en medio del barrio El Poblado II, a diario se acercan decenas de niños y niñas con la finalidad de leer, cantar, correr, aprender a tocar distintos instrumentos, hacer sus tareas del colegio y divertirse.

Dentro de los niños que frecuentan sus instalaciones, se encuentran varios niños y niñas migrantes provenientes de Venezuela los cuales han encontrado un lugar seguro donde pueden aprender y hacer amigos de su edad.

Pedro Vargas, de siete años, es uno de estos niños que frecuenta Fundautónoma a diario, al preguntarle sobre el por qué lo hace, dijo: “Me gusta mucho estar en la fundación porque me enseñan a leer, a dibujar, tocar instrumentos... muchas cosas bonitas, también, puedo compartir con mis amigos y jugar”.

Al ser preguntada acerca de los retos de acoger a niños pertenecientes a la población migrante, Mayerli Ángulo, aseguró que la Fundautónoma es un espacio que trabaja con niños y niñas sin importar su nacionalidad o etnia. “Para nosotros ha sido un gran desafío poder atender a esta población en el sentido de que ellos puedan volver a creer en las posibilidades”, dijo.

Asimismo, Ángulo aseguró haber encontrado niños y niñas migrantes que aún tienen una ausencia y falta de acompañamiento en su educación y alimentación, y por ende se les brinda el apoyo acompañamiento necesario para hacerlos parte de procesos formativos, recreativos y lúdicos en los cuales se puede apreciar la trascendencia de migrar y empezar de cero, como algo valioso en su proceso de integración y autoreconocimiento.

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