Quienes transitan por la Calle 15 con Carrera 72A, siempre desvían su mirada a un rincón de un poste en donde se encuentra una mujer de unos 70 años, mutilada de ambas piernas, pero a pesar de ello vende chontaduros.
Sus ojos cafés reflejan nobleza y una lucha insaciable, tanto así que siempre alguien detiene su vehículo para hablar con ella, ya que es muy difícil pasar derecho sin conocer la historia de aquella deslumbrante escena.
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La primera vez que la vi fue en la penumbra de la noche. Ahí estaba ella pelando chontaduros y viendo el tráfico. Recuerdo que esa vez mi ‘cabeza gritó fuerte’: ¡qué luchadora! Después de que escuché su historia me di cuenta que era una ‘guerrera’ de la vida.
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Hace siete años Mélida Vergara perdió una de sus piernas debido a la diabetes, y hace siete meses le amputaron la otra. Pero a pesar de eso ella no se derrotó y siguió haciendo lo que le gusta, rebuscarse el pan de cada día.
“Es difícil estar en esta condición cuando uno ha tenido la capacidad de caminar, lo más triste es saber que dependo de otros. La única manera en la que me siento autónoma es trabajando y consiguiendo mi platica”, expresó la mujer.
Ella todos los días le paga $4.000 a un vecino para que la baje de la cama y la traslade hasta la Calle 15, donde pasa la mayor parte de su tiempo.
