En pleno Centro hay una calle donde los caleños ‘se curan’ de la mala suerte, la calle de las matas y los brebajes
Desde hace más de 20 años Cali tiene toda una cuadra exclusiva para “que entre el bien y lo malo se vaya”, como dice la canción. Se trata del tramo ubicado a lo largo de la Carrera 9 con Calle 13, en donde hombres y mujeres, sabedores de las plantas, los brebajes y demás, le dan la ‘patadita de la buena suerte’ a quien la necesita.

Q’hubo conversó con Diana, propietaria del puesto Plantas Madre y quien lleva 5 años en esta labor, tras heredar el negocio de su madre.
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Esta amable vendedora cuenta que a su negocio llegan caleños en busca de sacar las malas energías de sus casas o trabajos, mejorar su estado de salud o conseguir un empleo.
¿Qué es lo que se vende para la buena suerte?
“Aquí se pueden conseguir plantas frescas y deshidratadas. Todo depende de la necesidad de las personas, con respecto a la salud la gente pide mucho la moringa, el eucalipto y jengibre y el limoncillo. También están llevando mucho la manzanilla, la ruda, que sirven para limpiar la energía; el negocio se mueve todo el año”, contó Diana.
Tal y como lo advierte esta experta, los caleños son amantes a las plantas amargas, ideales para ahuyentar las malas energías. Son 7 las hierbas que se recomiendan: ruda gallinaza, romero, la flor de muerto, la destrancadera, la arraza con todo, salvia, artemisa. Aunque según Diana existen muchas más que se pueden usar con este fin.

“También se venden mucho las plantas dulces, que también son 7 y sirven para atraer la prosperidad, poniéndole mucha fe”, explicó la experta en hierbas.
Los martes y los viernes son los días en los que se puede ver a los campesinos, quienes bajan, desde zonas como el Cauca, para surtir a los vendedores caleños.
“He tenido clientes que han venido en busca de plantas para hacerse el baño y así poder ubicarse laboralmente. Tuve un cliente que, cansado de llevar hojas de vida, vino a mi y como yo no solo vendo las plantas sino que les pongo el propósito para cada persona, esa personas regresó para agradecerme porque encontró un empleo”, relató Diana.
Ella no se ‘come el cuento’, pues cuenta que cada cliente para ella es una bendición y por eso hace su trabajo con amor y éste da sus buenos frutos.
Las desconocidas
De acuerdo con la vendedora, hay quienes buscan plantas con nombres extraños.