Ubicado en el corazón de Cundinamarca y a menos de dos horas de Bogotá, San Francisco de Sales se ha convertido en un destino que cada vez más turistas están descubriendo. Con un clima estable de 20 °C durante todo el año, este municipio ofrece una escapada perfecta para quienes buscan descanso, termales y actividades extremas como cuatrimotos por tarifas que arrancan en $17.000.
La historia de San Francisco de Sales está marcada por la presencia de los antiguos muiscas, quienes habitaron la región antes de la llegada de los españoles. La fundación oficial del pueblo se remonta al 20 de julio de 1850, fecha que aún conserva relevancia entre sus habitantes. Su economía sigue dependiendo de la agricultura, destacando el cultivo de café, hortalizas y frutas, además de la ganadería y la producción de lácteos.
Los visitantes pueden explorar el Parque Natural Chicaque, un lugar ideal para el senderismo, la observación de aves y el camping. Este espacio, comprometido con la sostenibilidad, también es un aula abierta de educación ambiental. Entre sus senderos y cascadas, es posible apreciar especies de flora y fauna únicas, lo que lo convierte en uno de los principales tesoros ecológicos de la región.
Para quienes prefieren un contacto más cercano con la vida rural, San Francisco ofrece alojamientos en fincas y haciendas. El turismo rural es una de sus grandes fortalezas, permitiendo a los viajeros disfrutar de experiencias auténticas y actividades recreativas. Además, sus festividades religiosas en honor a San Francisco de Asís y la Virgen del Carmen reúnen a la comunidad entre danzas, música y artesanías, mostrando la riqueza cultural del municipio.
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Las opciones de aventura también abundan. Empresas locales ofrecen recorridos en cuatrimoto y canotaje, actividades que se han popularizado entre los turistas que buscan adrenalina. Los precios accesibles, desde $17.000, hacen de estas experiencias una alternativa económica para quienes quieren salir de la rutina.
Entre los puntos de interés histórico se encuentra la Iglesia de San Francisco de Asís, construida en el siglo XIX. Su arquitectura y valor simbólico la han convertido en uno de los íconos más fotografiados del pueblo.
Otro lugar llamativo es el Museo de la Llanta, donde más de 100 figuras de animales elaboradas con llantas recicladas sorprenden por su creatividad. Finalmente, el río San Miguel invita a recorrer sus senderos, nadar en aguas cristalinas y disfrutar de la tranquilidad que ofrece este rincón natural de Cundinamarca.
San Francisco de Sales es, sin duda, una joya oculta que combina naturaleza, historia y aventura, ideal para una escapada rápida desde Bogotá.
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