Autoridades sorprendieron a una mujer que habría alquilado a dos niños de 7 meses y tres años para pedir limosna.
La señalada de origen venezolano alquiló a los niños para obtener dinero fácil en los semáforos de las calles de Bucaramanga.
Tras inspeccionar a la mujer, las autoridades descubrieron que los pequeños no eran sus hijos, pues no tenía sus documentos y tampoco se sabía sus nombres.
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“No se pudo identificar su procedencia, ella no pudo acreditar que sea la madre, que fueran sus hijos y, presuntamente, no sabe los nombres de los niños”, indicó el personero de Bucaramanga, Daniel Arenas.
Asimismo, informó que velarán por la integridad y los derechos de los niños que están siendo explotados de esa manera.
“No vamos a permitir que en Bucaramanga se utilice a los niños para un beneficio económico. Tiene que quedar claro y vamos a aunar todos nuestros esfuerzos para acabar con esa problemática”, agregó Arenas.
Los pequeños quedaron en manos del Instituto Colombiano de Bienestar Familar, ICBF, para restablecer sus derechos.
El Fiscal Delegado para la Infancia y la Adolescencia, Mario Gómez, dijo a RCN Radio que esta actividad es un delito “porque se considera una trata de personas con fines de mendicidad, contemplada como una práctica ilícita, delictiva. Esto podría tener entre 3 y 23 años de cárcel”.
Añadiendo que las personas “determinan como en ciudades como Bucaramanga, Bogotá, en estaciones de Transmilenio y en otros lugares de flujo peatonal se pueden ubicar estos niños y niñas, para despertar esa conmiseración. Ya esto está siendo investigado; para esto, se han redoblado esfuerzos investigativos”.
Finalmente, esta sería una problemática que se esta presentando en varias ciudades del país.
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